martes, 17 de enero de 2012

Hace falta...

Hace falta volver a ser niños
Hace falta sentir que el problema más grave es una división
Hace falta soñar con el príncipe azul
Hace falta sonreír 
Hace falta llenar el mundo de colores
Hace falta sentir a Dios 
Hace falta ayudarte a ti, a mi y al mundo
Hace falta respirar
Hace falta volar, amar, sentir y rezar
Hace falta ser uno mismo
Pero sobre todo, hace falta ser feliz :)

viernes, 6 de enero de 2012

La primera vez que me alegró ver su nombre


Luego de mi gran idea de la noche anterior debía reconocer mis errores, textualmente caminar por ellos. Pues después de ver mis botas mojadas por seguir el camino con descuido, en mi tan exitosa experiencia había perdido un objeto, tal vez no tan valioso, de metal pero muy útil.

Así que antes de que el reloj marcara las seis de la mañana, Juana la valiente se encontraba a los pies de mi cama mirando la hora, hoy verla fue recordar mi gran estupidez. Mientras me cambiaba ella me espera en la sala, yo buscaba mi saco y unos zapatos de poco valor, le pedí que llevará bolsas porque no sabría con que nos encontraríamos, y como a la hora de la verdad yo soy la única que predispone las cosas, y si la aventura anterior había resultado así, quería que por lo menos en esta lleváramos una especie de armamento, para aquello del valor.

Mientras caminábamos hacía aquel lugar, donde yo recordaba era la última vez había tenido memoria del objeto, recordaba que era el frío de la madrugada, hacía mucho no salía en esta, mi ciudad, y mucho menos a esas horas, me recordó mi época en el colegio. Ya en aquel sector del camino, con el pasto largo, el olor a putrefacto y el agua oscura, empezaría nuestra odisea.

Juana me miraba, creo que está es una de esas veces en la que la valiente era yo, pues me dispuse a ponerme las bolsas en los pies, claro me veía algo graciosa, ella sólo se limitaba a pasarlas, pero ella tal vez no comprendía lo que yo ahora comprendo, que no fue que yo fuera valiente, porque la verdad a las seis de la mañana todos nos podemos sentir valientes, hasta sentirnos súper héroes, pues quien nos va a ver.

Ya decidida y poco temeraria entré, ya sentía como las bolsas se pegaban a mis pies, con un palo tocaba por donde iba a pasar, ven, tal vez no era tan segura y valiente como Juana quien me miraba creía. A pocos segundos encontré lo que desde hoy se convirtió en mi amuleto de la suerte, mis polvos mágicos, al encontrarlos me dio esperanza y fue entonces cuando Juana se alisto y se unió conmigo a la búsqueda.

Recorrí los mismos pasos del día anterior, mis errores, me hundía, pero rápidamente lograba seguir, es como recordar que ya conoces tus errores, que puede que vuelvas a caminar por ellos, pero ya eres un poco más valiente como para salir bien librados de ellos, es entonces cuando Juana la valiente, grito ¡Las encontré!

Yo me aproxime rápido hacía ella, Juana las levantaba, era nuestra victoria. Las cogí y vi su nombre, Sabiduría, es la primera vez que ver su nombre me lleno de tanta alegría. Sabiduría es el nombre de mi hermana, y no me mal entiendan, yo amo a Sabiduría por sobre todas las cosas, pero ella con sus tan sólo siete años a veces no comprende que somos de mundos diferentes, tal vez porque nos llevamos 13 años de diferencia.

Sabiduría es una niña hermosa, todos dicen que nos parecemos, y la verdad, es que si vez una foto mía cuando era niña, es como verla a ella en los años 1998, es que ser modelo 91 no es que sea una gran hazaña, pero sigue siendo el año en que se creó la constitución en mi país, aunque bueno no sé de que sirve si casi nunca la cumplen, pues la educación en mi país no es un derecho sino un servicio, y hasta uno de nuestros gobernantes la cambió para ser reelegido, pero bueno este no es el punto, acá es contarles de mi hermana.

A Sabiduría le encanta dormir hasta tarde, en este momento mientras yo escribo esto, ella está a mi lado profunda, su cabello es claro con destellos dorados, sus ojos son grandes de color café claro, su piel es blanca, ella estudia cerca de casa, en la casa donde viven mis papás, ya que yo vivo en otra ciudad, más grande, más fría y más conflictiva. Sabiduría está en segundo grado de primaria, le encanta hacer ejercicio, mi papá dice que por eso es tan alta.

Mi problema con Sabiduría es que, aunque yo soy hiperactiva, ella lo es más, pero ella no sabe cuando detenerse, y el choque entre las dos esta en el hecho de que yo no estoy acostumbrada a su constante actuar, pues en la gran ciudad yo estoy sola en mi silencio, y acá ella rompe todo, toda esa calma, por eso mi conflicto.

Pero eso no me quita la alegría de haber visto hoy su nombre, flotando, como ella flota entre sus sueños.

Te amo hermanita.

jueves, 5 de enero de 2012

Mi súper idea con botas mojadas


A veces en mi cabeza rondan cientos de ideas, y hoy mientras la luna medianamente se asomaba entre las nubes, salió Juana valiente, esa que muchas veces nadie ve. 
Dispuesta a todo decidí salir sin importar lo oscuro de la noche, el frío y las consecuencias de mi grandiosa idea, camine por los matorrales y me escondí atrás de ese feo árbol, hace mucho no te veo, pero ver la luz de tu cuarto me dio la fuerza para cometer una gran estupidez, toque por tu ventana pero mi Juana la valiente se fue, había quedado yo, la insegura, la que siente miedo, la que sobre todas las cosas te extraña. 
Muchas veces había pensado en hacer esto, escribir las cosas que pasan por mi cabeza, no creo tener talento así que sería raro saber de alguien que lea los pensamientos que plasmo, últimamente pienso mucho en ti, pero no es porque te quiera como antes, es porque eras mi estado común, siempre hay para supuestamente apoyarme, lo doloroso fue darme cuenta que simplemente no estabas hay para mi, sólo estabas conmigo para ti, y como tal vez  ahora ya no soy parte de tus deseos, ya no estás.
Escondidas Juana y yo, te vimos asustado mirando por la ventana, yo pensaba, bueno un momento en que por lo menos está pensando en mi, así no sepa que está hay por mi, pero luego ya eran más luces prendidas y más personas, asustadas, Juana valiente decidió salir corriendo y yo simplemente la seguí, no fui capaz de voltear a mirar, pero Juana decía que seguías hay, yo solo esperaba que no nos reconocieras, pues porque aunque contigo tal vez no tengo orgullo, esta vez si me hubieras visto no lo quería, es que no lo quiero reconocer, porque nuestro problema o mejor mi problema es que yo te quiero, yo estoy hay, yo te pienso, yo te extraño, yo te necesito.
Ya sentada en la entrada de mi casa, veo mis botas mojadas, en mi huida no me fije ni por donde pase, es lo mismo cuando estoy contigo, no me fijo en tus actitudes y es que es tan duro para mi aceptar el hecho de que yo no ocupo un lugar para ti, pero es que tus ojos me hacen dudar y me hacen pensar en esa vez, cuando dijiste que me adorabas.